Si alguien me ha frustrado la vida, no lo sé. En realidad, quien
tendría tanto poder para hacerlo? Yo no creo que nadie lo haya hecho, ni lo
hará. Tampoco creo que mi vida este frustrada del todo. Ahora solo me pregunto si ella me hará caso, si ella
será mía? Las evidencias responden que no; pero solo ella tiene la respuesta,
debo preguntárselo. No tiene sentido el ponerme a pensar tantas cosas, el perder
la concentración día a día por pensar en ella. Quizás sufra un accidente,
quizás me pierda de algo bueno por no
estar en mis cinco sentidos.
A veces no da ganas de estar cuerdo a tiempo completo en esta vida, la locura se encarga de hacerte
ver y pensar de forma que jamás lo harías cuando estas sano. Si tu locura es
momentánea, natural y no pasa los “límites máximos permisibles”, es bienvenida,
es recibida con los brazos abiertos. Porque solo estando medio loco sabrás que hacer en esos casos, tomaras las
decisiones más acertadas y no dudaras tanto en hacer algo bueno. Quiero estar
loco otra vez (antes lo estuve cuando decidí escribir esta columna y también
otras cosas), quiero tener esos arranques que solo los tengo cuando algo pide a
gritos que lo sea. Tengo la flecha de su amor atravesado, por eso actuó
como un idiota. No puedo tomar una buena decisión, no soy claro con ella, y eso
me afecta, le hace mal a mi salud. Voy a armarme de valor, voy a dejar que la
locura me atrape y bajo sus efectos le diré
que la quiero, que necesito estar con ella para toda la vida. Después de eso, a
ella le tocara tomar una decisión, pues yo ya no quiero estar más dando vueltas a su
alrededor. Si bien, a mi parecer es la
mujer más hermosa del planeta, la que me atrae; no es la única en el mundo. Esta
noche es de fiesta aquí en la ciudad. Las celebraciones están por empezar. Yo
debería sumarme a esto, debería celebrar el solo hecho de estar vivo y con
buena salud. Pero no puedo hacerlo, siento una pena, una tristeza y más por el
no estar con ella. Una amiga de años me ha invitado a las celebraciones, me ha
dicho:” es mejor pasearse por la ciudad, mirar todos los espectáculos gratuitos
espectáculos y participar de ellos”. No la veo hace muchos años, es lógico que
no me sienta comprometido a encontrarme con ella. Pero reconozco que no soy un galán de televisión para tomarme
esas atribuciones de rechazar una invitación de tan manera elegante como lo ha hecho ella. Además, se que
con ella jamás me aburriré, hay tantas coas de que hablar. Trato de mejorar mi
ánimo pensando en ella. Me alisto y voy a su encuentro. Llego en ómnibus a esa
concurrida y famosa avenida de aquel distrito de Lima. Antes de bajar del
transporte la diviso en la vereda de
enfrente; viste una cafarena de color rojo y unos jeans que le quedan bien. A
pesar de todo sigo pensando en la chica que me roba el sueño. Bajo del ómnibus,
no me ha visto. Por un momento se me ocurre irme a otro lugar, esconderme y
luego decirle por teléfono que no pude llegar, que se me hizo tarde, que anduve
en otro sitio. Pero no soy bueno para
plantar a nadie, ni menos a una chica a quien conozco hace mucho tiempo. Soy un
idiota porque sigo pensando que con nadie podría pasarla bien si no es con la
chica que no está en esta ciudad y que no ha tenida ni la delicadeza de
contestar a mis llamadas.
Me acerco, la llamo por su nombre, me ve y me abraza. Siento un nerviosismo, puedo estar
enamorado de otra persona pero tampoco puedo dejar de inmutarme ante tanta
belleza que tengo frente a mí. La mire a los ojos, jamás la busque pero siento
que si lo hacía, que hoy la descubrí. Paseamos por las avenidas cerca de ahí,
desde que la vi ya había recuperado la sonrisa. Miramos las fiestas improvisadas
en los parques y plazuelas. Miles de personas celebrando esa noche, y yo solo pensando que
era el único que debería celebrar por estar
al lado de tan bella mujer. Conversábamos
de todo, ella no había olvidado la ciudad a pesar que estuvo muchos años fuera.
Entonces decidimos recorrer los lugares
más céntricos de ahí, no temí en que ella dirija el recorrido, ni tampoco
temería que ella lo haga con mi vida. Luego de caminar entramos a un café, tuvimos
una larga conversación. Era una tentación estar cerca de ella, era un castigo el
verla y no poder hacer nada. Por dos
motivos: primero que no sabía lo que
ella sentía por mí y segundo es que yo haciendo de idiota, pienso que la chica de quien estoy
enamorado me diga que no. No era fácil
dejar de querer a alguien, aunque me lo he propuesto a hacerlo de todas
maneras. Me dolía el no tener a la chica que gusta a mi lado. Pero la felicidad
esta aquí; al menos eso pensaba. No quería jugar con nadie, no estaba en una
posición de fingir algo. Ella me hablaba de la libertad, me invitaba a
conquistarla. Jamás le conté que estaba enamorada de otra chica. Salimos de ese
café y ya la llevaba abrazada de la
cintura. Las cosas se daban naturalmente, sabía que mañana todo volvería a lo
habitual. Caminando y caminando llegamos a una discoteca; ambos estábamos bastante
adultos para esas cosas. Pero teníamos ganas de bailar, de ser felices imitando
los ritmos de modas bajo esas luces
oscuras donde puedes hacer el ridículo sin temor a que alguien te lo recuerde
al siguiente día. Entramos ahí, quedamos en no estar mucho tiempo, solo en
bailar un par de canciones, en sudar un poco y después seguir nuestro recorrido.
Le apreté la cintura, ella me agarro del cuello y bailamos, los dos sonreímos.
Como buenos amigos la pasamos bien. Cuando se termino la noche, o mejor dicho,
empezaba el nuevo día, la lleve a su casa; ambos estábamos cansados. Le di un beso
en la mejilla, cerca a los labios. Vi en su rostro sorpresa, vi mucha alegría
ahí. En ese momento sentí que ella me
cambio la noche, que me trasformo en un hombre risueño. Cuando la deje en su
casa le agradecí por haberla pasado tan
bien, me dijo lo mismo. En ese momento recordé que que estaba enamorado de una chica que a pesar de estar
lejos me seguía gustando pero que el destino
estaba escrito así: “la chica que me gusta
no me dará posibilidades, no me hará caso. Por otro lado tenía que
reencontrarme con esta vieja amiga para pasar un momento sensacional y decidir que
debo seguir frecuentándola”
pAnChO