No sé qué decir, no me sentía bien a veces; y hasta hoy me
sucede , pero felizmente son pensamientos fugaces que ya no me hacen daño ni
menos influyen en estado de ánimo. Por más que uno se esfuerza, nunca es
suficiente. Existen exitosos y también gente exitosa. Los exitosos hacen alarde
de lo que han logrado, se autodenominan así, y parte de su alegría es que todos
le digan que lo son. En cambio, la gente exitosa hace lo que hace por su bienestar
y avance profesional. A veces juegan con la vanidad, pero no dejan controlarse
por ella. Otros hablan de sus éxitos, menos ellos. No sé si decirlo con tristeza,
preocupación o con indiferencia: no estoy en ninguno de esos grupos. Aunque
esas palabras no las conocía de pequeño, siempre crearon temores en mí. Hoy ya
no me esfuerzo por ser exitoso, ni tampoco encuentro motivo del porque hacerlo.
Solo quiero hacer bien mi trabajo para poder vivir de ello. Sin embargo, hasta
hoy a veces me siento inseguro, temeroso; eso marco mucho en mí, capaz y lo tengo
guardado en mi mente desde muy chico. Siempre quise ser lo que otros eran, lo
que algunos esperaban de mí, e inclusive lo que creía que los otros pensaban
nunca alcanzaría a ser. Al final no lo fui, y no porque no pude serlo, sino
porque no me sentía cómodo así. Me pregunto de todo y no tengo respuesta para
tantas cosas. Pero más vale empezar por lo que sí puedo responderme. Cuando uno
ya es adolescente o casi adulto empieza a madurar, aunque aún este un poco
confundido por el futuro. Por eso el escuchar consejos son buenos, pero al
final cada uno hace lo que cree mejor y así no debe de culpar a nadie ni
tampoco agradecer por lo que suceda como resultado de la acciones que realizo.
Oportunidades aprovechadas o perdidas deben ser responsabilidad de cada uno, no
de otros. La tranquilidad y muchas veces la paciencia son elementos que pueden
ayudar para tomar las mejores decisiones para nuestras vidas e incluso cuando
queremos re-direccionarlas. El tranquilizarse es una maravilla que puede lograr
muchas cosas, pues empieza por el entender que pase lo que pase siempre existe
lo más próximo a una solución para las cosas, en caso no encontramos la
solución. En el mundo las cosas no pueden ser perfectas, no todo puede ser como
uno lo idealiza, ni muchos menos como uno lo soñó de pequeño. Dichosos quienes
pueden alcanzar sus sueños, e inclusive vivir de lo que les gusta. Existen
casos-no sé si muchos o pocos-, pero bien por ellos, es lo ideal. Pero somos
muchos quienes debemos buscar nuestro lugar en el mundo; eso sí, sin hacerlo
por contentar a otros, sino porque será provechoso para nosotros. Como todo
somos seres humanos, seamos conscientes de nuestros
errores, pues nuestra condición es no ser perfectos. Pase lo que pase, lo que
uno siempre tiene que llevar consigo es que está encantado de estar en este
mundo, si es que todavía no encontró su lugar, lo encontrara. Solo es cuestión de
decisión. Esa es una premisa de la vida. Las promesas que nos hicimos de niño
muchas veces no son cumplidas por diferentes circunstancias, pero hay una que
aunque no nos la hayamos hecho siempre la lleva todo ser humano: el ser
felices. Esas si hay que cumplirlas, pase lo que pase.
pAnChItO.