Una vieja amiga y compatriota, quien se radico hace
mas de 10 años en la Argentina, me escribe diciendo que se está sintiendo sola.
Que no sabe si con el tiempo el destino alguien le traerá. Si no fuéramos tan
amigos y recordaríamos cada vez que conversamos los buenos momentos que vivimos aquí en el Perú cuando ella andaba
de enamorada con mi mejor amigo; interpretaría que me está invitando a tratar
de empezar alguna relación. Pues también yo hace unos días le comente que también me siento solo. Que mis intentos
por encontrar a alguien han sido en vano. Y que hoy no sé bien lo que pasara.
Pero estoy convencido que es un comentario, un tema más de conversación. Aunque
esto me lleva a pensar que cuanta gente anda como yo y quizá
ellos si sepan que esto es un temas
masivo. Por lo que no hay que perder la calma.
Por ese motivo y por lo que papa y mama me dieron ayer
a la hora de la cena, he decidido que este punto de descubrir o encontrar a la
mujer de mi vida por ahora: ‘lo mismo me da’. No renuncio al amor. Pero quiero esperar que
las cosas se den por sí solas. No quiero forzar a nadie. Hasta el momento ya di
lo mejor de mí. Ahora es turno del destino. Además, ya aprendí a convivir en armonía
con la soledad. Tampoco puedo negar que llevo heridas en el corazón producidas
por mujeres a quienes yo deje que me hieran. Estoy convencido que eso no volverá a suceder.
Con respecto a esta amiga, gasto horas conversando
con ella para saber cómo asume esa situación. Me dice que a veces le da por
gritar a los cuatro vientos, o al menos el escribirle a sus mejores amigos,
entre ellos yo, que se siente sola y que
le parece que no le hace falta a nadie. Yo comprendo tu actitud, de esa
inquietud que hay en tu alma y corazón por encontrar a alguien. Pero me parece
que tú en líneas generales manejas bien todo esto. Y yo estoy en camino de
hacer lo mismo .Y no pienses que no le haces falta a nadie. A mí sí me haces. Todos los días espero estas horas para conectarnos o
escribirte- algo le digo.
Hemos quedamos
en encontrarnos este año en Buenos Aires No para empezar una relación. Sino
para pasearnos y pasarla bien allá. Y no quedarnos en casa como siempre sospeche
que sucedería con ella. Motivo por el cual solo una vez nos hemos encontrado de
las tantas veces que he ido a esa
ciudad.
Con ella veo reflejado lo que quiero ser. Decir que
no al sufrimiento y al pensamiento de lo que podría considerar fracasos
amorosos. Ya rogué mucho, ya pedí mucho. Hoy con un buen sentido de orgullos
olvidare el rogar, el pedir. No me pondré de rodillas ante nadie. Puede que alguien
este en mi mente, en mi vida. Pero si no
es necesario, nunca lo sabrá.
pAnChItO.